La dieta cetogénica, a menudo simplemente referida como la dieta keto, es una dieta alta en grasas y baja en carbohidratos. Ha sido elogiada por sus posibles beneficios en la pérdida de peso y el manejo de la diabetes [1]. Pero, ¿qué pasa con su papel en el tratamiento del cáncer? La respuesta es compleja y aún se está investigando [2].
La teoría detrás de la dieta cetogénica para el tratamiento del cáncer se basa en el hecho de que las células cancerosas utilizan principalmente glucosa (azúcar) para obtener energía [3]. Al reducir drásticamente la ingesta de carbohidratos, el cuerpo se ve obligado a quemar grasa para obtener energía, produciendo sustancias conocidas como cetonas [4]. El concepto es que al 'privar' a las células cancerosas de glucosa, su crecimiento puede ser ralentizado o detenido [5].
Sin embargo, es crucial destacar que la investigación sobre la dieta cetogénica y el cáncer todavía está en sus primeras etapas [6]. Algunos estudios han mostrado resultados prometedores, pero muchos de estos se han realizado en laboratorios o en animales, no en humanos [7]. Además, la dieta puede ser difícil de seguir y puede llevar a deficiencias de nutrientes si no se maneja adecuadamente [8].
En conclusión, aunque la dieta cetogénica puede ofrecer beneficios potenciales para algunos pacientes con cáncer, no es una solución universal [9]. Es esencial discutir cualquier cambio en la dieta con su equipo de atención médica, quienes pueden proporcionar consejos personalizados basados en su situación y necesidades específicas [10].