Mantener una dieta nutritiva es de suma importancia para las personas que luchan contra el cáncer, ya que ayuda en el manejo de los síntomas, mejora la fuerza y acelera la recuperación [1]. Por lo general, se sugiere una dieta equilibrada rica en frutas, verduras, proteínas magras y cereales integrales [2]. Estos alimentos proporcionan nutrientes esenciales necesarios para que el cuerpo funcione de la mejor manera y combata las infecciones [3].
Las frutas y verduras están cargadas de vitaminas, minerales y antioxidantes que fortalecen el sistema inmunológico [4]. También son ricas en fibra, que promueve la digestión y ayuda a prevenir el estreñimiento, un efecto secundario frecuente de ciertos tratamientos contra el cáncer [5]. Es recomendable incluir una variedad diversa de frutas y verduras coloridas en sus comidas para asegurar un amplio espectro de nutrientes [6].
Las proteínas magras, incluyendo el pollo, el pescado y las legumbres, son cruciales para la reparación de los tejidos corporales y la preservación de la masa muscular [7]. Los tratamientos contra el cáncer pueden ocasionalmente resultar en pérdida de músculo, lo que hace vital consumir suficiente proteína [8]. Los cereales integrales, como el arroz integral y la avena, proporcionan energía y ayudan en el manejo del peso [9].
Sin embargo, los requerimientos dietéticos pueden variar en función del tipo de cáncer y su tratamiento [10]. Algunos pacientes podrían necesitar seguir una dieta específica o tomar suplementos nutricionales [11]. Es crucial discutir sus necesidades dietéticas con su equipo de atención médica, quienes pueden ofrecer consejos personalizados [12]. Recuerde, no existe una dieta universal para los pacientes con cáncer [13]. Lo que es efectivo para una persona puede no serlo para otra [14].