La metástasis se refiere al proceso en el que las células cancerígenas se desprenden del tumor primario y migran a otras partes del cuerpo, lo que lleva a la formación de nuevos tumores [1]. Este fenómeno es una gran preocupación ya que significa la propagación del cáncer, complicando así su tratamiento [2]. La metástasis puede ocurrir en prácticamente cualquier tipo de cáncer, pero es más prevalente en ciertos cánceres como los de mama, pulmón, próstata y colon [3].
El proceso de metástasis abarca varias etapas [4]. Inicialmente, las células cancerígenas invaden los tejidos sanos circundantes [5]. Posteriormente, penetran las paredes de los vasos linfáticos o sanguíneos cercanos [6]. Dentro del sistema circulatorio, pueden viajar a partes distantes del cuerpo [7]. Una vez que las células cancerígenas llegan a nuevas ubicaciones, pueden formar nuevos tumores, afectando así la función de esos órganos [8].
Existen varios métodos para tratar el cáncer metastásico, y la elección del tratamiento depende de múltiples factores [9]. Estos factores incluyen el tipo y etapa del cáncer original, el tamaño y ubicación de la metástasis, la edad del paciente y su estado de salud general, y los tipos de tratamiento que el paciente ha recibido previamente [10]. Las opciones de tratamiento pueden abarcar cirugía, radioterapia, quimioterapia, terapia hormonal, terapia dirigida, o una combinación de estas [11].
Vivir con cáncer metastásico puede ser difícil, pero existen numerosos recursos disponibles para obtener ayuda [12]. Los grupos de apoyo, la consejería y las interacciones con individuos que han pasado por experiencias similares pueden ofrecer apoyo emocional [13]. La fisioterapia, la terapia ocupacional y otras formas de rehabilitación pueden ayudar a manejar los síntomas y mejorar la calidad de vida [14]. Mantener una dieta saludable, hacer ejercicio regularmente y cuidar la salud emocional también pueden contribuir significativamente [15].