Los pacientes con cáncer a menudo se preguntan si pueden participar en actividades como nadar en piscinas cloradas [1]. La buena noticia es que la mayoría de los pacientes con cáncer pueden nadar de manera segura en piscinas cloradas [2]. Sin embargo, hay varios factores a considerar [3].
En primer lugar, la protección de la piel es vital si estás recibiendo radioterapia [4]. El cloro puede ser abrasivo y puede irritar la piel que ya está sensible debido al tratamiento [5]. Se recomienda enjuagarse inmediatamente después de nadar y aplicar un humectante para ayudar a combatir la sequedad [6].
En segundo lugar, si tienes una línea central o un puerto, es crucial mantenerlo seco [7]. Esto implica que nadar puede no ser una opción a menos que tengas una cubierta impermeable [8]. Siempre consulta con tu proveedor de atención médica antes de nadar con una línea central o puerto [9].
Por último, nadar es una excelente forma de ejercicio de bajo impacto que puede ayudar a aliviar la fatiga y mejorar el estado de ánimo durante el tratamiento del cáncer [10]. También es una forma fantástica de refrescarse durante los días calurosos de verano [11]. Solo recuerda aplicar un protector solar resistente al agua para proteger tu piel de los rayos dañinos del sol [12].
En conclusión, nadar en piscinas cloradas puede ser una actividad segura y agradable para la mayoría de los pacientes con cáncer [13]. Sin embargo, siempre consulta con tu proveedor de atención médica antes de comenzar cualquier nueva actividad durante tu tratamiento [14].