En efecto, el cáncer de riñón puede llevar a una condición conocida como hematuria, o sangre en la orina [1]. Este síntoma se asocia frecuentemente con el cáncer de riñón, pero es crucial entender que otras condiciones como las infecciones del tracto urinario o los cálculos renales también pueden causarlo [2].
El cáncer de riñón, también referido como cáncer renal, típicamente se origina en el revestimiento de los túbulos renales - los minúsculos tubos dentro del riñón [3]. Las células cancerosas tienen el potencial de proliferar y formar un tumor [4]. A medida que este tumor se expande, puede infligir daño a los tejidos y vasos sanguíneos circundantes, resultando en sangre en la orina [5]. Es importante notar que la sangre puede no siempre ser visible a simple vista y podría solo ser detectable bajo un microscopio [6].
También es importante destacar que no todos los individuos con cáncer de riñón mostrarán este síntoma [7]. Otros posibles síntomas del cáncer de riñón pueden abarcar dolor persistente en la espalda, pérdida de peso inexplicada, fatiga y un bulto en el abdomen [8]. Si observas cualquiera de estos síntomas, es crucial consultar con un profesional médico lo más pronto posible [9].
Para diagnosticar el cáncer de riñón, un médico puede emplear una serie de pruebas, como análisis de sangre y orina, pruebas de imagen como tomografías computarizadas o resonancias magnéticas, y una biopsia donde se extrae una pequeña muestra de tejido para examen microscópico [10]. Si se confirma el cáncer de riñón, las opciones de tratamiento pueden incluir cirugía, radioterapia, terapia dirigida, inmunoterapia, o una combinación de estas [11].