Las sustancias conocidas como antioxidantes tienen la capacidad de prevenir o ralentizar el daño celular causado por los radicales libres, que son moléculas inestables producidas por el cuerpo en respuesta a presiones ambientales y otras [1]. Estos antioxidantes a menudo se promocionan como 'luchadores contra el cáncer', sin embargo, la conexión entre los antioxidantes y el cáncer es intrincada [2].
Es crucial destacar que los antioxidantes no son una única entidad, sino más bien una amplia gama de compuestos que incluyen las vitaminas C y E, selenio y carotenoides, entre otros [3]. Estas sustancias se pueden encontrar en una variedad de alimentos, especialmente frutas, verduras, nueces y cereales integrales [4].
Los hallazgos de investigación sobre la efectividad de los antioxidantes en la prevención del cáncer han sido inconsistentes [5]. Algunos estudios indican que los antioxidantes podrían reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer [6]. Por ejemplo, una dieta rica en frutas y verduras, que son ricas en antioxidantes, se ha asociado con un riesgo reducido de varios cánceres, incluyendo los de mama, pulmón y colon [7].
Por otro lado, algunos estudios han descubierto que los suplementos de antioxidantes pueden no producir los mismos resultados [8]. De hecho, dosis altas de ciertos suplementos antioxidantes podrían ser perjudiciales [9]. Por ejemplo, las dosis altas de vitamina E pueden elevar el riesgo de cáncer de próstata [10].
Como resultado, generalmente se aconseja obtener antioxidantes de una dieta saludable en lugar de suplementos [11]. Consumir una diversidad de alimentos ricos en antioxidantes puede ayudar a asegurar que recibas un amplio espectro de estos compuestos y potencialmente beneficiarte de sus propiedades saludables [12].
En conclusión, aunque los antioxidantes pueden tener el potencial de ayudar en la lucha contra el cáncer, se requiere más investigación para comprender completamente su papel