El cáncer es una enfermedad multifacética, con factores hereditarios y ambientales que contribuyen a su desarrollo [1]. Ciertos tipos de cáncer, como el de mama, ovario, colorrectal y próstata, pueden ser hereditarios [2]. Esto implica que una mutación genética, que aumenta el riesgo de cáncer, puede ser transmitida de los padres a sus hijos [3]. Sin embargo, poseer un riesgo hereditario no garantiza la aparición de cáncer [4]. Simplemente indica que tu riesgo es superior al promedio [5].
Los cánceres hereditarios son provocados por mutaciones en genes específicos que recibimos de nuestros padres [6]. Estas mutaciones pueden provocar un crecimiento celular anormal, que potencialmente puede llevar al cáncer [7]. Sin embargo, es crucial entender que no todas las mutaciones resultan en cáncer, y no todos los cánceres son inducidos por mutaciones [8].
También es notable que la mayoría de los cánceres no son hereditarios [9]. De hecho, solo se estima que un 5-10% de todos los cánceres están directamente vinculados a defectos genéticos heredados de un padre [10]. La mayoría de los cánceres resultan de alteraciones genéticas que ocurren a lo largo de la vida de una persona debido a la exposición a factores ambientales como el humo del tabaco, la radiación, ciertos químicos e incluso virus específicos [11].
En conclusión, aunque algunos cánceres pueden ser hereditarios, la mayoría no lo son [12]. Siempre es aconsejable discutir la historia de salud de tu familia con tu médico, ya que esto puede ayudarles a evaluar tu riesgo y guiarte en la toma de las decisiones de salud más beneficiosas para ti [13].