El cáncer de piel es una enfermedad prevalente pero evitable [1]. Comprender los factores de riesgo te permite tomar medidas proactivas hacia la prevención [2]. El factor de riesgo más crucial es la exposición a la radiación ultravioleta (UV), que proviene del sol o de fuentes artificiales como las camas de bronceado [3]. La radiación UV tiene el potencial de dañar el ADN en las células de tu piel, causando un crecimiento anormal y finalmente llevando al cáncer [4].
Otro factor de riesgo significativo es poseer un tipo de piel clara [5]. Las personas con piel, cabello y color de ojos más claros tienen menos melanina, el pigmento que ayuda a proteger la piel de la radiación UV [6]. Esto los hace más propensos a los daños en la piel y al cáncer de piel [7]. Sin embargo, es crucial recordar que el cáncer de piel puede afectar a individuos de todos los tipos de piel [8].
Tu historial familiar y personal de salud también contribuyen [9]. Si tú o un familiar cercano han tenido previamente cáncer de piel, tu riesgo es elevado [10]. Ciertos trastornos genéticos también pueden aumentar tu riesgo [11]. Además, la edad avanzada y un sistema inmunológico comprometido pueden hacerte más propenso al cáncer de piel [12].
Por último, ciertos factores de estilo de vida pueden aumentar tu riesgo [13]. Estos incluyen tener un historial de quemaduras solares, residir en un lugar soleado o de alta altitud, y tener numerosos o inusuales lunares [14]. Al entender estos factores de riesgo, puedes tomar decisiones informadas sobre tu salud y tomar medidas para mitigar tu riesgo [15].